Supongamos que nuestro proyecto es construir una casa. Para empezar tenemos al dueño de la casa, al arquitecto, al grupo de albañiles y a la casa de materiales. En una obra es probable que tengamos más, pero para este ejemplo, dejaremos sólo estos cuatro:
- El dueño es el cliente, es quien toma las decisiones finales. Nada se hace a menos que haya dicho que sí. De igual manera es impotante consultar con él el presupuesto y las propuestas nuevas; también es probable que de un día para otro, llegue con un cambio completo de planes. Normalmente (o al menos para este ejemplo) el dueño sólo tendría contacto con el arquitecto.
- El arquitecto es quien diseña la casa. Trabaja muy de cerca con el cliente, para saber qué es lo que quiere y trasladarlo a un plano. Una vez que tiene los requerimientos de la casa completos, los traduce a un lenguaje que la Casa de materiales y los albañiles pueden entender; es decir, un plano.
- El grupo de albañiles trabaja siguiendo las pautas que le da el arquitecto, pero su trabajo depende de que la Casa de materiales y el arquitecto hagan el suyo.
- Pro último, la Casa de materiales es un proveedor. No trabaja directamente dentro del proyecto; sin embargo su trabajo es básico para poder completarlo.
Como Project Manager (Administrador de proyecto) de este proyecto, sería importante conocer quien es el punto de contacto de cada uno y también quien es su superior, en caso de necesitar escalar algún problema.
Entre más ubicados tienes a tus contactos, más fácil y rápido es conseguir que las cosas sucedan. Así que siempre que trabajes en un proyecto, que esta tarea sea de las primeras que hagas.
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